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miércoles, 21 de febrero de 2018

HABÍA UNA VEZ....

Hola a todos los que nos visitan en este día..!!!

Hoy voy a compartirles un escrito que considero resulta valioso por todo lo que nos enseña, ya que muchas veces cuando las cosas no resultan del todo bien, no sabemos como manejar dichas emociones y cometemos el error de enojarnos y cerrarnos, cosa que puede empeorar muchisimo las cosas; sin embargo existen formas sanas de darle salida a esto y no dejar que nuestros enojos o resentimientos nos controlen.

Pues bien, la entrada de hoy es un ejemplo de esto que les digo y quiero que vean el poder que tiene la escritura en momentos tan difíciles. Me gustaría que se tomaran un momento para que más allá de leer rapidamente, traten de entender todo lo que esta reflejado en estas letras, ya que es toda una vida reflejada en unas cuantas palabras, así mismo para quien lo ha realizado significa comenzar a aceptar que todo lo que ha pasado, precisamente es eso, pasado, y ahora mismo se encuentra en otro momento y eso es lo valioso de este caso, que pudo abrirse paso ante las adversidades.

Para esa persona que será anónima para ustedes que leen, un agradecimiento infinito por regalarnos un pedacito de su vida y espero que sirva de motivación para que podamos hacer algo cuando nos sentimos mal.

Espero les agrade y me den sus puntos de vista y mientras yo los espero en otra entrada de este espacio, su espacio: "El Rincón de los Padres"

Atentamente:

Psic. J. Nicolás sánchez E.


HABÍA UNA VEZ.... 
(Anónima 18)




Había una vez, una niña que era feliz.
Había una vez, una niña que tenía una familia completa.
Había una vez una niña, que no se sentía sola.
Había una vez una niña, que escuchaba como sus padres discutían.
Había una vez una niña, que se refugiaba son su hermano.
Había una vez, que el papá de la niña se fue y la niña lloro mucho.
Había una vez, que la niña se sentía triste.
Había una vez, que la niña se quedaba con su hermano y veían películas con muchas chucherías y sopa.

Había una vez, que la niña se quedó sin hermano.
Había una vez, una niña que se sentía triste y sola.
Había una vez, una niña que tenía que esperar a que su mama llegara de trabajar.
Había una vez, una la niña que se quedaba sola hasta muy noche.
Había una vez, una niña que lloraba mucho.
Había una vez, una niña que le tenía miedo a la oscuridad de su casa.
Había una vez, que la niña se quedaba en una esquina a esperar a su mama.
Había una vez, una niña que tenía compañía de su gato naranja.
Había una vez, una niña que ya no se sentía tan sola.
Había una vez, una niña que ya no podía más y salía de su casa a llorar.
Había una vez, una niña que se puso feliz por la noticia de su madre.
Había una vez, una niña que llevaba toda su ropa.
Había una vez, una niña que se fue a vivir con su abuelita.
Había una vez, una niña que empezó a ser feliz otra vez.
Había una vez, que la niña supo que su felicidad todavía estaba.
Había una vez, que la niña pudo ver a su papa otra vez.
Había una vez, una niña que no tenía amigos.
Había una vez, una niña que se sentó en una banca y una niña le hablo y así fue por semanas.
Había una vez, una niña que por primera vez tenía una mejor amiga.
Había una vez, una niña a la que molestaban mucho, con feos nombres.
Había una vez, una niña que solo por mostrar un estúpido punto tuvo un novio.
Había una vez, que por fin dejaban de decirle lesbiana.
Había una vez, que de nuevo empezaban a molestarla diciendo que era una perra.
Había una vez, que su mejor amiga siempre la defendía.
Había una vez, una niña que de nuevo dejo de ver a su padre.
Había una vez, una niña que hizo la tarjeta del día del padre y no supo a quién dársela.
Había una vez, una niña que le dio la carta del día del padre a su tío.
Había una vez, una niña que consideraba un padre a su tío.
Había una vez, una niña que le dieron una mala noticia.
Había una vez, que la niña se puso triste por la enfermedad de su abuelita.
Había una vez, una niña que no prestaba atención en clase y su profesora la llamo para ver que tenía.
Había una vez, una niña que tuvo la oportunidad de llorar y le agradeció a la maestra.
Había una vez, una niña que siempre trataba de hacer reír a su abuelita.
Había una vez, que la niña trataba de hacer sentir a su abuelita hermosa, siempre diciéndole que su calva era hermosa.

Había una vez, una niña que hacia pendejadas para que su abuela y tío rieran.
Había una vez, que la niña y su tío molestaban como niños chiquitos.
Había una vez, que su tío le tiro tierra cuando estaba en el baño y su abuela los regaño a los dos.
Había una vez, que la niña estaba sentada haciendo tareas y su tío la envolvió en tape.
Había una vez, una niña que comprendió que le gustaba hacer sonreír a sus dos personas favoritas.
Había una vez, una niña que salió con su abuelita a dejar a su tío.
Había una vez, que la niña grito porque su tío la envolvió en tape en medio de la calle y algunas personas veían.

Había una vez, que la niña no dejaba de reír por lo que su tío había hecho y vio a su abuelita llorar de risa.

Había una vez, que la niña se quedo sin tape por la culpa de su tío.
Había una vez, una niña que tuvo que quedarse sola en casa, porque su abuela se había ido de viaje.
Había una vez, una niña que sintió que alguien la tocaba mientras dormía, pero pensó que era una pesadilla.

Había una vez, una niña que se hizo la dormida y alguien la tocaba.
Había una vez, una niña que se sentía insegura y llamaba a su amigo para que hicieran pijamadas
Había una vez, una niña que ya no se sentía temerosa por que ya no pasaba gracias a su compañía.
Había una vez, una niña que le conto lo que pasaba al chico. El chico le creyó.
Había una vez, que la niña le dijo al primo del chico lo que pasaba.
Había una vez, una niña que se sintió mejor cuando su abuelita regreso.
Había una vez, una niña que no dijo mas nada por miedo a que su abuelita empeorara.
Había una vez, una niña que ya no se acercaba al señor porque lo odiaba.
Había una vez, una niña que protegía a su prima del señor.
Había una vez, una niña que dejaba las puertas del baño que daban a su cuarto para sentirse segura.
Había una vez, una niña que tuvo que dejar la puerta de su cuarto abierta por los sismos que había por seguridad.

Había una vez, una niña que recién se acostaba, cuando sintió que le quitaban las sabanas y vio una sombra con pantaloneta blanca con verde.

Había una vez, una niña que se asusto mucho y salió corriendo llorando a decirle a su abuelita.
Había una vez, una niña que le conto la verdad a su abuelita, pero le pidió que no le dijera nada a su mama para que no la separara de ella.

Había una vez, que en esa casa hubo muchos problemas y sacaron a la niña de casa.
Había una vez, una niña que recibió una noticia.
Había una vez, una niña que se puso triste y nerviosa.
Había una vez, una niña que recibió una beca donde su mama trabajaba.
Había una vez, una niña que tuvo que regresar a vivir con su madre y tuvo que dejar a su abuelita.
Había una vez, una niña que no estaba feliz.
Había una vez, una chica a la que molestaban en el colegio.
Había una vez, una chica que no se dejó vencer.
Había una vez, que la chica se vengo de esas chicas que la hicieron sentir del asco.
Había una vez, una chica que empezó a tener baja autoestima
Había una vez, una chica que se esforzó mucho para poder ganar el grado y que su abuelita se sintiera orgullosa.

Había una vez, una chica que visitaba a su abuelita los sábados.
Había una vez, una chica que no se sintió bien al saber que su tío estaba molesto porque ella se había ido y dejado a su mama.

Había una vez, que la chica ya no podía más.
Había una vez, una chica que llevaba a sus perritos para mostrárselos a su tío y decir lo siento.
Había una vez, una chica que se rompió por dentro.
Había una vez, una chica que perdió a un papa, y vio a su abuelita mal y a su familia mal.
Había una vez, una chica que no pudo llorar.
Había una vez, una chica que escondió su dolor por su abuelita.
Había una vez, una chica que sintió dolor
Había una vez, una chica que perdió a su abuelita.
Había una vez, una chica que lloro tanto que no volvió a ser la misma.
Había una vez, una chica que tuvo apoyo de su maestra favorita.
Había una vez, una chica que fue una de las mejores de la clase y se graduó.
Había una vez, una chica que le hablo al viento diciendo que había sido por ella y para que su abuelita estuviera orgullosa.

Había una vez, una chica que no soporto el bullying que su mama la metió a homeschool.
Había una vez, que a la chica la hacían sentir mal.
Había una vez, una chica que le conto a su mama.
Había una vez, una chica y sus compañeros que ya no soportaban como los trataba su maestra.
Había una vez, una chica que al fin salió del colegio.
Había una vez, una chica que se metió a otro colegio y fue feliz al principio.
Había una vez, una chica que se enteró que tendría una hermana.
Había una vez, una chica que no soportaba a la pareja de su mama, por como la trataba.
Había una vez, una chica que ya no quería vivir en esa casa por él.
Había una vez, una chica que no soportaba la idea de que su madre estuviera embarazada.
Había una vez, una chica que acompaño a su madre al doctor y vio por primera vez a su hermana.
Había una vez, una chica que vio a su madre sufrir por el embarazo.
Había una vez, una chica que tuvo que ir a la casa de la amiga de su madre porque su madre se puso grave y fue al hospital.

Había una vez, una chica que pensó que se quedaría sin madre.
Había una vez, una chica que tuvo que ir a casa de sus tíos, porque su madre se puso de nuevo grave.
Había una vez, una chica que se siento tranquila porque estaba con sus tíos.
Había una vez, una chica que al fin tuvo una hermana.
Había una vez, una chica que cuido a su hermana.
Había una vez, una chica que volvía a ser feliz.
Había una vez, una chica que apoyo a su madre en todo, pero se dio cuenta que no le tenía confianza.
Había una vez, una chica que se cambió de casa.
Había una vez, una chica que tenía su propio cuarto.
Había una vez, una chica que aún no era feliz.
Había una vez, una chica que conoció a un chico y a una chica por una red social.
Había una vez, una chica que se hizo buena amiga de esas dos personas, pero más de él.
Había una vez, una chica que se sentía mal con ella misma que se hizo daño.
Había una vez, una chica que fingía ser feliz y su madre nunca lo noto.
Había una vez, una chica que escribió como anónimo a un psicólogo.
Había una vez, una chica que pidió ayuda y la ayudaron por casi un año.
Había una vez, una chica que ya se volvía a sentir algo mejor.
Había una vez, una chica que siempre hizo amigos de otros países.
Había una vez una chica que fue feliz al saber que su hermano regresaba.
Había una vez, una chica que se sentía bien con su hermano en casa.
Había una vez, una chica que ya no soportaba a la pareja de su madre.
Había una vez una chica que tuvo un arranque de ira y le grito a la pareja de su madre.
Había una vez, una chica que golpeo la pared de la ira que sentía.
Había una vez, una chica que tuvo que dar una disculpa que jamás la sintió.
Había una vez, una chica que entendió que no podía querer a la pareja de su madre.
Había una vez, una chica que debido a eso le conto toda a verdad a su madre.
Había una vez, una chica que se peleo con su madre por esa verdad.
Había una vez, una chica que solo se mantenía enojada.
Había una vez, una chica que se siento bien con un abrazo.
Había una vez, una chica que le dio una carta a su madre diciéndole que la amaba a pesar de todo.
Había una vez, una chica que lloraba todas las noches de dolor.
Había una vez, una chica que conoció a un chico y se volvió su mejor amigo por la alta estupidez que tenían los dos.

Había una vez, una chica que su mejor amigo la hizo reír.
Había una vez, una chica que cuando veía a su mejor amigo los días de examen se ponía feliz.
Había una vez, que la chica por primera vez aceptaba un abrazo de él.
Había una vez, una chica que se graduó.
Había una vez, una chica que le gusto que su tío le diera abrazos, porque la hacían sentir mejor.
Había una vez, una chica que se encariño mucho con sus tíos.
Había una vez, una chica que no podía mostrar lo que sentía, porque ya no sabía cómo.
Había una vez, una chica que empezó a ser feliz otra vez.
Había una vez, una chica que era feliz.
Había una vez, una chica que supo que le gustaba cocinar.
Había una vez, una chica que se metió a clases de cocina.
Había una vez, una chica que se puso de nuevo triste.
Había una vez, una chica que no sabía porque estaba así.
Había una vez, una chica que tenía miedo de deprimirse otra vez.
Había una vez, una chica que ya no quería que la abrazaran, porque no se sentía bien.
Había una vez, una chica que empezó a comportarse extraña y no sabe el porqué.
Había una vez, una chica que empezó a alejarse de su tío favorito.
Había una vez, una chica que empezaba a perder el ánimo.
Había una vez, una chica que empezó a leer para salir de su realidad.
Había una vez, una chica que solo veía series.
Había una vez, una chica que por primera vez tomo cerveza en su clase de cocina.
Había una vez, una chica que trataba de sentirse mejor.
Había una vez…




    

miércoles, 14 de febrero de 2018

14 DE FEBRERO... FELIZ DÍA DEL AMOR Y LA AMISTAD

Este 14 de Febrero se celebra en México y diversas partes del mundo, el día de san Valentín, también conocido como el día del "Amor y la amistad".

Esta celebración tiene sus orígenes en Roma, cuando un sacerdote de nombre "Valentín" se opuso al emperador Claudio II, quien había prohibido el matrimonio entre parejas jóvenes, ya que consideraba que los hombres solteros eran mejor soldados debido a que sin ataduras emocionales rendían mejor; sin embargo desobedeciendo al emperador dicho sacerdote los casaba en secreto, situación que al ser descubierta lo llevó a la muerte un 14 de Febrero pero del año 270.

Pues bien, esta celebración resulta magnifica cuando ocupamos este día para compartir y convivir con las personas a quien consideramos cercanas, y resulta excelente demostrar nuestro aprecio; sin embargo actualmente la parte comercial ha devorado completamente su principal objetivo y parece ser que le damos prioridad a esa absurda equivalencia de entre más te quiero mayor debe ser el regalo que debo darte, y esto es algo totalmente equivocado.

Para muchos teóricos el amor es una parte importante de nuestras vidas y algunos consideran que es el motor que nos mueve, pero también existe una gran parte que considera que es una emoción bastante peligrosa debido a que también nos puede llevar a comportarnos de maneras inesperadas, pero sea como sea es algo que siempre estará presente en nuestras vidas de diversas maneras.

Esperamos que sea un buen día para todos ustedes y que puedan estar con quien más quieran, así que vaya una sincera felicitación a todos en este día. Mientras yo los espero en otra entrada más de este espacio, su espacio: "El Rincón de los Padres".

Atentamente:
Psic. Nicolás Sánchez E.