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lunes, 29 de mayo de 2017

EL ABECEDARIO DEL DIABLO... (Nuevo reto)

Saludos a todos los que nos visitan en este blog, sean padres o no e independientemente de la razón por la que han llegado hasta aqui, sean todos ¡Bienvenidos!

Apenas estábamos tratando de entender el fenómeno del reto la "Ballena Azul", cuando ya estamos ante otro en el que de igual forma se incita a los niños y adolescentes a hacerse daño.

Debemos de recordar que es esperable que los chicos tomen este tipo de juegos o retos, como algo muy importante en sus vidas, ya que están en una edad en la que se sienten atraídos a ese tipo de conductas para demostrarse así mismos y a los demás, que pueden hacer casi cualquier cosa.

En anteriores ocasiones hemos pedido a los padres a que estén atentos a lo que los chicos ven en internet, ya que este tipo de "Retos" son bastante frecuentes y es muy fácil que lleguen a ellos por lo fácil que es compartirlos, pero sobre todo por que al ser contenido para chicos, pues en ocasiones los mismos chicos andan en busca de ellos.

Por todo esto les traigo este nuevo reto del "Abecedario del diablo", para que sepan en que consiste, pero sobre todo estén alerta que sus hijos no se lastimen solo por diversión y por una poca de aceptación.   

 Espero que les agrade esta información y puedan compartirla para que logremos que los niños, niñas y adolescentes no caigan en este tipo de situaciones. Mientras yo los espero en otra entrada más de este espacio, su espacio: "El Rincón de los Padres".

Atentamente
Psic. Nicolás Sánchez E.



EL ABECEDARIO DEL DIABLO



'El abecedario del diablo', el juego que se reavivó tras el efecto 'Ballena azul'

Ya existía pero volvieron a encenderse las alarmas luego de que el desafío ruso se popularizara.

El escabroso y peligroso juego de la "Ballena azul" desató las alarmas de educadores y padres en varios países del mundo. Argentina no fue la excepción, y un chico de 14 años oriundo de San Juan fue la primera víctima del fatal desafío. 

No obstante, parece que su aparición tuvo otro efecto adverso: reavivó un antiguo juego de características similares en España. Se trata de 'El abecedario del diablo', que consiste en que los chicos se hagan heridas entre ellos muy dolorosas que tardan días en cicatrizar y que corren el riesgo de infectarse. 

La reglas son que el niño tiene que recitar el abecedario y luego enunciar una palabra que empiece con cada letra, mientas otro le rasca con las uñas el dorso de la mano muy violentamente.

Si bien no induce al suicidio como la Ballena azul, puede provocar heridas importantes en las manos que pueden ser de hasta cinco centímetros de diámetro. Además existen variaciones en las que se sustituye la uña por unas tijeras. 

Según informó el sitio Telemundo, una mamá encontró en el dorso de las manos de su hijo heridas a carne viva y el menor confesó que era por un desafío que le habían impuesto. Esta confesión reactivó la preocupación por este tipo de juegos en España y se teme que también se extienda a otros países.

La Asociación contra el Acoso Escolar de Asturias informó a través de esta práctica en su página de Facebook: "Avisamos a docentes, madres y padres de lo importante que es detectar estas heridas en ambas manos y buscar quién lo ha iniciado y hasta dónde llega. A partir de ahí ir al centro de salud y a la comisaría a hacer una denuncia".

Fuente: www.perfil.com



  

martes, 23 de mayo de 2017

TRASTORNOS DEL ESPECTRO AUTISTA...

Un situación que en la actualidad se esta presentando con mayor frecuencia en los niños es sin duda lo que conocemos como "Autismo", y por su desconocimiento, muchos padres no atienden a sus hijos  y esto puede ocasionar algunas problemáticas extras.

Para evitar esto, el primer paso es saber que es este trastorno, por esa razón les traigo este interesante artículo en el cual podremos conocer estas caracteristicas, mismas que nos pueden ayudar a identificar si un pequeño presenta esta problemática. 

Esta orientación nos puede dar una idea más clara y así poder hacer algo cuanto antes, siempre en beneficio de los peques, sobre todo por que en algunas variantes del "Autismo" los niños parecieran normales, y ante esto los padres piensan que solo es cuestión de saberlos manejar, como por ejemplo cuando se presentan los berrinches (conducta más sobresaliente), pero la verdad es que esta es solo una de las conductas más visibles, y realmente habrán de existir algunas otras que quizá no sean tan fácil de manejar.

Esperemos que este artículo les resulte interesante y poco a poco vayamos conociendo sobre este tipo de trastorno que necesita de mucha de nuestra atención.

Atte.
Psic. Nicolás Sánchez E.  


TRASTORNOS DEL ESPECTRO AUTISTA (TEA)
(Centros para el control y atención de enfermedades)

SIGNOS Y SÍNTOMAS

Los trastornos del espectro autista (TEA) son una discapacidad del desarrollo provocada por diferencias en el cerebro. Los científicos desconocen exactamente qué provoca estas diferencias en la mayoría de las personas con TEA. Sin embargo, algunas tienen una diferencia conocida, como una afección genética. Existen muchas causas para los TEA, si bien aún la mayoría son desconocidas.

A menudo, no hay indicios en el aspecto de las personas con TEA que los diferencien de otras personas, pero es posible que se comuniquen, interactúen, se comporten y aprendan de maneras distintas a otras personas. Las capacidades de aprendizaje, pensamiento y resolución de problemas de las personas con TEA pueden variar; hay desde personas con muy altos niveles de capacidad (dotadas, o gifted en inglés) y personas que tienen muchas dificultades. Algunas necesitan mucha ayuda en la vida diaria, mientras que otras necesitan menos.

Actualmente, el diagnóstico de TEA incluye muchas afecciones que solían diagnosticarse por separado e incluyen el trastorno autista, el trastorno generalizado del desarrollo no especificado de otra manera (PDD-NOS, por sus siglas en inglés) y el síndrome de Asperger. Hoy en día, a todas estas afecciones se las denomina trastornos del espectro autista.

Los TEA comienzan antes de los 3 años de edad y duran toda la vida de la persona; no obstante, los síntomas pueden mejorar con el tiempo. Algunos niños con TEA muestran indicios de problemas futuros en los primeros meses de vida. En otros casos, es posible que los síntomas no se manifiesten hasta los 24 meses o incluso después. Algunos niños con un TEA parecen desarrollarse normalmente hasta los 18 a 24 meses de edad y después dejan de adquirir destrezas nuevas o pierden las que tenían antes. Los estudios realizados han mostrado que entre un tercio y la mitad de los padres de niños con TEA observaron un problema antes del primer año de vida de sus hijos y entre el 80 % y 90 % de los padres detectaron problemas antes de los 24 meses.

Es importante destacar que algunas personas que no tienen un TEA también pueden presentar algunos de los síntomas. Pero, en el caso de las personas con TEA, los problemas hacen que la vida sea muy difícil.


Posibles “signos de alarma”

Las personas con un TEA pueden presentar las siguientes características:

No responder a su nombre para cuando tienen 12 meses de edad.

No señalar los objetos para demostrar su interés (no señalar un avión que pasa volando) para cuando tienen 14 meses de edad.

No jugar juegos de simulación (jugar “a darle de comer” a un muñeco) para cuando llegan a los 18 meses de edad.

Evitar el contacto visual y querer estar solos.

Tener dificultades para comprender los sentimientos de otras personas y para hablar de sus propios sentimientos.

Presentar retrasos en las destrezas del habla y el lenguaje.

Repetir palabras o frases una y otra vez (ecolalia).

Dar respuestas no relacionadas con las preguntas que se les hace.
Irritarse con los cambios pequeños.

Tener intereses obsesivos.

Aletear las manos, mecerse o girar en círculos.

Tener reacciones poco habituales al sonido, el olor, el gusto, el aspecto, el tacto o el sonido de las cosas.


Destrezas sociales

Los problemas sociales son uno de los síntomas más comunes de todos los tipos de TEA. Los problemas sociales de las personas con un TEA no son simplemente “dificultades” sociales, como ser tímidos. Son dificultades sociales que pueden generar problemas graves en la vida diaria.

Algunos ejemplos de los problemas sociales relacionados con los TEA son los siguientes:

No responder al nombre para cuando tienen 12 meses de edad.

Evitar el contacto visual.

Preferir jugar solos.

No compartir intereses con los demás.

Interactuar únicamente para llegar a una meta deseada.

Tener expresiones faciales apáticas o inadecuadas.

No comprender los límites del espacio personal.

Evitar o resistirse al contacto físico.

No sentir el consuelo que le dan otras personas cuando están angustiados.

Tener dificultades para comprender los sentimientos de otras personas y para hablar de sus propios sentimientos.

Los bebés con un desarrollo típico se interesan por el mundo y las personas que los rodean. Para cuando cumplen el primer año de vida, los niños pequeños con desarrollo típico interactúan con los demás haciendo contacto visual, repitiendo palabras y acciones, y usando gestos simples como aplaudir y decir “adiós” con la mano. Los niños con un desarrollo típico también muestran interés por los juegos sociales como las escondidas y las palmaditas con las manos. Pero los niños pequeños con un TEA pueden tener mucha dificultad para aprender a interactuar con otras personas.

Es posible que algunas personas con TEA no se interesen en absoluto en los demás. Otras, tal vez, quieran tener amigos pero no comprendan cómo entablar las relaciones de amistad. A muchos niños con un TEA les cuesta mucho aprender a turnarse y compartir, bastante más que a los otros niños. Esto puede hacer que los otros niños no quieran jugar con ellos.

Las personas que tienen un TEA pueden tener problemas para demostrar sus sentimientos o hablar de ellos. También es posible que tengan problemas para comprender los sentimientos de los demás. Muchas personas con un TEA son muy sensibles al tacto y, posiblemente, no quieran que se las abrace. Los comportamientos autoestimulantes (p. ej., aletear con los brazos) son habituales en las personas con TEA. La ansiedad y la depresión también afectan a algunas personas que tienen un TEA. Todos estos síntomas pueden hacer que los otros problemas sociales sean aún más difíciles de manejar.


Comunicación

Cada persona con TEA tiene distintas destrezas de comunicación. Algunas personas pueden hablar bien. Otras no pueden hablar en absoluto o hablan muy poco. Cerca del 40 % de los niños con un TEA no hablan nada. Entre el 25 % y el 30 % de los niños con TEA dicen algunas palabras entre los 12 y 18 meses de edad y después dejan de hacerlo.1 Otros pueden hablar pero no hasta entrada la niñez.
Algunos ejemplos de problemas de comunicación relacionados con los TEA incluyen los siguientes:

Presentar un retraso en las destrezas del habla y el lenguaje.

Repetir palabras o frases una y otra vez (ecolalia).

Invertir los pronombres (p. ej., decir “tú” en lugar de “yo”).

Dar respuestas no relacionadas con las preguntas que se les hace.

No señalar ni responder cuando se les señala algo.

Usar pocos o ningún gesto (p. ej., no decir adiós con la mano).

Hablar con un tono monótono, robótico o cantado.

No jugar juegos de simulación (p. ej., no jugar “a darle de comer” al muñeco).

No comprender los chistes, el sarcasmo ni las bromas.

Las personas con TEA que hablan pueden usar el lenguaje de maneras poco habituales. Es posible que no puedan poner palabras en oraciones reales. Algunas personas con TEA dicen solo una palabra por vez. Otras personas repiten las mismas palabras o frases una y otra vez. Algunos niños repiten lo que dicen los demás, una afección que se denomina ecolalia. Pueden repetir las palabras inmediatamente después de que las escucharon o después. Por ejemplo, si le pregunta a alguien con un TEA: “¿Quieres jugo?”, es posible que la persona repita “¿Quieres jugo?” en lugar de responder la pregunta. Si bien muchos niños que no tienen TEA atraviesan una etapa en la que repiten lo que escuchan, habitualmente se les pasa para cuando tienen tres años. Algunas personas con un TEA pueden hablar bien pero podrían tener dificultades para escuchar lo que dicen los demás.
Las personas con TEA pueden tener dificultades para usar y comprender los gestos, el lenguaje corporal o el tono de voz. Por ejemplo, las personas con TEA pueden no comprender qué significa decir adiós con la mano. Es posible que las expresiones faciales, los movimientos y los gestos no coincidan con lo que están diciendo. Por ejemplo, es posible que sonrían cuando dicen algo triste.

Las personas con TEA podrían decir “yo” cuando quieren decir “tú” o viceversa. Es posible que su tono de voz suene monótono, robótico o agudo. Las personas que tienen un TEA podrían pararse demasiado cerca de las personas con quienes hablan o hablar de un tema de conversación durante demasiado tiempo. Podrían hablar mucho sobre algo que les gusta, en lugar de tener una conversación recíproca con la otra persona. Algunos niños con destrezas de lenguaje bastante buenas hablan como pequeños adultos, sin poder expresarse como se expresan comúnmente los niños.


Intereses y comportamientos poco habituales

Muchas personas con TEA tienen intereses o comportamientos poco habituales.
Algunos ejemplos de intereses y comportamientos poco habituales relacionados con los TEA incluyen los siguientes:

Formar líneas con juguetes u otros objetos.

Jugar con los juguetes de la misma forma todas las veces.

Mostrar interés por partes de los objetos (p. ej., las ruedas).

Ser muy organizados.

Irritarse con los cambios pequeños.

Tener intereses obsesivos.

Tener que seguir determinadas rutinas.

Aletear las manos, mecerse o girar en círculos.

Los movimientos repetitivos son acciones que se repiten una y otra vez. Pueden incluir una parte del cuerpo o todo el cuerpo, o incluso un objeto o juguete. Por ejemplo, las personas con un TEA pueden pasar mucho tiempo aleteando los brazos de manera repetitiva o meciéndose de lado a lado. Pueden encender y apagar una luz o hacer girar las ruedas de un automóvil de juguete de manera repetida. Estos tipos de actividades se conocen como autoestimulación o “conductas estereotipadas”.

Las personas con TEA frecuentemente se desenvuelven si tienen rutinas. Un cambio en la rutina habitual del día, como hacer una parada en el camino de la escuela al hogar, puede ser algo muy angustiante para las personas con TEA. Podrían “perder el control” y tener una “crisis” o berrinche, en especial si están en un lugar desconocido.

Algunas personas con TEA también podrían crear rutinas que parecen inusuales o innecesarias. Por ejemplo, mirar por todas las ventanas cuando pasan por un edificio o querer mirar siempre un video de inicio a fin, incluidos los anticipos y créditos. Si no se les permite seguir este tipo de rutina, esto puede provocar gran frustración y berrinches.

Otros síntomas

Algunas personas con TEA tienen otros síntomas. Estos pueden incluir los siguientes:

Hiperactividad (exceso de actividad)

Impulsividad (actuar sin pensar)

Corta capacidad de concentración

Agresión

Autolesionarse

Berrinches

Hábitos de alimentación y sueño poco habituales

Estado de ánimo o reacciones emocionales poco habituales

Falta de miedo o más miedo de lo esperado

Reacciones poco habituales al sonido, el olor, el gusto, el aspecto o el tacto de las cosas

Las personas con TEA pueden tener respuestas poco habituales al tacto, el olor, los sonidos, el aspecto y el gusto de las cosas. Por ejemplo, es posible que tengan poca reacción o una reacción exagerada al dolor o a un ruido fuerte. Podrían tener hábitos alimentarios anormales. Por ejemplo, algunas personas con un TEA limitan su alimentación únicamente a algunas comidas. Otros pueden comer cosas que no son comestibles como tierra o piedras (esto se denomina pica). Además, podrían tener problemas como estreñimiento o diarrea crónicos.

Las personas con TEA pueden tener hábitos del sueño extraños. También pueden tener estados de ánimo o reacciones emocionales anormales. Por ejemplo, es posible que se rían o lloren en momentos inusuales, o bien, que no demuestren una respuesta emocional en momentos en los que es de esperarse. Además, es posible que no le tengan miedo a cosas peligrosas y que le tengan miedo a objetos o situaciones inofensivos.


Desarrollo

Los niños con TEA se desarrollan a ritmos distintos en áreas diferentes. Es posible que muestren un retraso en las destrezas del lenguaje, sociales y del aprendizaje, mientras que sus destrezas para caminar y trasladarse sean prácticamente iguales a las de otros niños de su edad. Es posible que sean muy buenos para armar rompecabezas o resolver problemas de computadora pero que tengan dificultades con actividades sociales tales como hablar o hacerse amigos. Los niños con un TEA también podrían aprender una destreza difícil antes de aprender una más sencilla. Por ejemplo, es posible que un niño lea palabras largas pero que no pueda decir qué sonido tiene la letra “b”.

Los niños se desarrollan a su propio ritmo, de modo que puede ser difícil predecir exactamente cuándo aprenderán una destreza en particular. Pero existen indicadores del desarrollo específicos para cada edad que se utilizan para medir el progreso social y emocional de un niño durante los primeros años de vida. Para obtener más información más sobre los indicadores del desarrollo, visite “Aprenda los signos. Reaccione pronto." 
una campaña diseñada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades ( CDC) junto con otros socios para enseñar a padres, profesionales de atención médica y proveedores de cuidado de niños sobre el desarrollo temprano de los niños, incluidos los posibles “signos de alarma” en torno a los trastornos del espectro autista.

Referencias
Johnson, C.P. Early Clinical Characteristics of Children with Autism. In: Gupta, V.B. ed: Autistic Spectrum Disorders in Children. New York: Marcel Dekker, Inc., 2004:85-123.


FUENTE: https://www.cdc.gov



Imagen: Internet

jueves, 18 de mayo de 2017

NIÑOS EMPERADOR...

Algo que sucede con muchos padres cuando tienen problemas con los hijos, es la busqueda de una explicación que les de una sensaciónde alivio y les indique que el problema esta fuera de casa y que ellos poco tienen que ver en esto. 

Muchos padres en realidad no tienen idea de el ¿Por qué? sus hijos actuan de tal o cual manera, pero lo que la mayoría nunca se plantea es, como su estilo de paternidad esta influyendo para que sus hijos proyecten precisamente dichos comportamientos.

Muchos de los padres siempre tienen la mira puesta en cosas externas y jamás consideran que su manera de críar a sus hijos va a repercutir en ellos, de tal forma que ante esta situación debemos de voltear la mirada y hacer hincapie precisamente, del impacto que tienen las actitudes u omisiones en los hijos.   

Debido a que actualmente muchos padres estan enfrentando en casa a hijos con actitudes retadoras, amenazantes, agresivas e incluso chantajistas, vemos la necesidad de brindarles información sobre un fenómeno actual y que parece que también continua a la alza, y no es otra cosa que el nacimiento de una generación denominada "niños emperador". 

Este termino del niño "Emperador" surgió hace ya casi una década, cuando los niños comenzaron a tener actitudes muy extremas y en los que sus peticiones debían ser satisfechas al instante, de lo contrario los padres debían de enfrentar su enojo. Si nos damos cuenta, este término esta basado precisamente en virtud de que los antiguos emperadores Romanos, mismos que podían decidir sobre la vida y muerte de los demás, por lo que su voluntad tenía que se respetada si no se quería desatar su cólera, ¡Interesante!, ¿no lo creen?

Ante esta circunstancia es preciso que los padres conozcan un poco sobre esta situación, para que eviten a toda costa que sus actos originen este tipo de actitud en sus hijos, ya que esta situación es bastante peligrosa y los niños que sufren esta circunstancia, pues en algún momento de su vida van a tener problemas, ya que al ingresar al contexto educativo o socializar en circulos externos a la familia, pues se enfrentarán a la penosa situación de que las cosas no son como ellos las creen.

Para que esta situación comience a manejarse, es preciso que los padres conozcan más sobre este tema, así que les dejo con un intersante artículo, para identificar si sus hijos tienen esta caracteristica y sepan como comenzar a lidiar con la misma.

Espero que les agrade esta entrada y mientras yo los espero en la siguiente aquí en este espacio, su espacio: El Rincón de los Padres.

Atte.
Psic. Nicolás Sánchez E.


SÍNDROME DEL NIÑO EMPERADOR

ALEJANDRO ROCAMORA BONILLA
Psiquiatra. Profesor en Centro de Humanización de la Salud. Exprofesor de Psicopatología en la Facultad de Psicología de la Universidad de Comillas

Síndrome del Emperador: ¿cómo tratar a un niño mandón?
El síndrome del emperador es un trastorno de la conducta infantil que se manifiesta en forma de desafío, chantaje e incluso agresión a los padres, que han perdido toda autoridad para el menor. Este comportamiento abusivo del niño emperador se puede extender a otros adultos, que pueden formar parte o no de su propia familia.

Desde el punto de vista psíquico, la vida es un tejer y destejer de comportamientos sanos y enfermos. Pero en ese abanico de normalidad y de anormalidad existen muchos matices. Los dos extremos están claros: la locura y la salud mental. Generalmente ambas realidades no se dan nítidamente sino que están difuminadas en el amplio espectro de la conducta humana. ¿Dónde situar en este arco iris de alteraciones psíquicas a los niños con el síndrome del emperador? ¿Cuál es su origen? ¿Cómo evitar esa patología? ¿Cómo actuar con un niño afectado por el síndrome del emperador?

El niño desobediente y travieso

Juanito es un niño de seis años. Sus padres y profesores lo tienen catalogado como “muy inquieto”, con una gran dosis de irresponsabilidad, un poco mentiroso y desobediente, y con un rendimiento académico muy por debajo de sus posibilidades. Su actitud ante todo lo que le rodea es de ataque. “No me aceptan, luego los destruyo”, parece que pensara. Su postura ante los demás es de enfrentamiento, de desafío. Incluso llega a conductas de auténtico sadismo: hacer sufrir a los animales, golpear sin motivo a los compañeros más pequeños, etc. buscando siempre demostrar su dominio y poder.

Algunos padres, en un intento por normalizar estos comportamientos, lo achacan a la edad o porque “son muy traviesos”. Pero existe la prueba del ‘algodón’ para saber si estos comportamientos son germen de una patología más grave (la psicopatía) o simplemente un momento de la evolución del niño: si no muestra signos de arrepentimiento ante la acción cometida y, por lo tanto, no es consciente del daño que ha podido hacer y además es frío y poco afectuoso, podemos sospechar que esos comportamientos pueden evolucionar hacia el síndrome del emperador.

Estas conductas pueden tener una doble lectura: la necesidad de autoafirmación o la expiación de una gran culpa inconsciente, a través del castigo que lleva anexo la propia acción agresiva. El niño necesita sentirse seguro y no encuentra otra salida que la agresión, la ruptura de las normas. Fantasea: “Cuanto más agreda, más fuerte seré”. Por otra parte, la misma conducta rebelde produce la imposición de castigos por el adulto, y de esta forma, el niño podrá expiar sus sentimientos de culpa inconsciente. El proceso es el siguiente: “Soy malo, luego tengo que lavar esa culpa a través de los castigos que me impongan los mayores”. Esto lleva a un círculo vicioso: ataca para autoafirmarse y expiar su culpa, y viceversa.

La forma de neutralizar la agresividad, como siempre, no es a través de comportamientos violentos, impositivos, sino a través del afecto. La oscuridad se vence con la luz. El odio se vence con el amor. La guerra se vence con la paz. Por esto, no podemos contestar con una conducta agresiva a la agresividad del niño. Estaríamos echando leña al fuego: la agresión se alimenta con la agresión. Lo que no es óbice para marcar las responsabilidades del niño e imponer un castigo adecuado a la falta que ha cometido.


El niño emperador, ¿nace o se hace?

El síndrome del niño emperador no surge de forma espontánea o como por arte de magia sino que es como un peldaño más del niño desobediente o travieso que puede conducir, en la adolescencia, a la psicopatía o a ser un parásito en la adultez. La verdad es que este desarrollo no es lineal sino exponencial, pasando en poco tiempo de comportamientos medianamente controlados por los padres a situaciones desbordantes: huida de casa o conductas claramente delictivas.

Las cifras son escalofriantes: en España desde 2007 las agresiones de menores a sus padres y abuelos han crecido cerca de un 60%, según datos de las memorias anuales de Fiscalía General del Estado y de los Defensores del Menor de las distintas comunidades autónomas.

Todos estos menores agresores tienen un denominador común: se creen con derecho a todo y sin obligaciones y no les importa los medios para conseguir sus deseos.
Las demandas más frecuentes del niño afectado por el síndrome del emperador son: “dame”, “cómprame”, “tráeme”, y si no lo consiguen desatan toda su ira y agresividad (incluso física) contra sus progenitores, hermanos, profesores o compañeros.

Así relataba María su calvario con un hijo de 7 años: “Ya no puedo más, me siento impotente ante Carlos. Temo reñirle o simplemente decirle que está haciendo algo mal. El otro día, sin ir más lejos, porque no le dejé bajar al parque, porque tenía que hacer los deberes, comenzó a insultarme y me dio una patada que me hizo llorar. Además, con su hermana de cuatro años, siempre está peleando e incluso en ocasiones ha llegado a golpearla. Si le dejo que haga lo que quiera, no hay problema, pero en el momento que le exijo una disciplina responde con insultos o agresiones físicas”.

Carlos puede ser un ejemplo de niño que manifiesta el síndrome del emperador. Suelen ser inteligentes. No aguantan la más mínima frustración y a través de la agresividad verbal o física quieren imponer su ley. Son pequeños déspotas, que dan órdenes a los padres, intentan organizar la vida familiar y su comportamiento más frecuente es el chantaje.

A medida que van creciendo, también la posibilidad de manejo se va dificultando: de las pataletas pasan a la agresión física y del engaño o mentiras pasan a conductas claramente delictivas: robos, tráfico de drogas, etc. El niño emperador puede ser el camino inicial hacia una psicopatía con todas sus consecuencias: problemas con la justicia, conductas adictivas, comportamiento antisocial, etc., o bien a convertirse en un parásito, pues estos chicos suelen no tener ni oficio ni beneficio en su adultez.

Además, el niño emperador no tiene conciencia de lo que está mal o lo que está bien, pues carece de valores e incluso no manifiesta emociones de arrepentimiento, pena, perdón, solidaridad, etc. Es como si solamente existiera él y sus necesidades, pero sin tener en cuenta a los demás. El niño afectado por el síndrome del emperador no tiene capacidad de empatía.

Como contrapunto podemos encontrar que los padres son afectuosos, permisivos y defensores de una “falsa democracia” pues quieren ser amigos de sus hijos cuando en realidad son padres. La realidad es que una estructura familiar sana se sustenta sobre “la desigualdad”: los padres dictan las normas y los hijos deben cumplirlas. Esto sí amasadas por la comprensión, el diálogo, la negociación y el respeto mutuo. “Lo cortés no quita lo valiente”.

El panorama del niño emperador se completa con padres que no saben poner límites a las exigencias de los hijos, o con madres sobreprotectoras y padres ausentes y en familias disfuncionales (con graves patologías en sus progenitores) en los que el mecanismo que predomina es el de negación, como si de esta forma, al no percibir el problema, éste se solucionara por sí sólo.

La pregunta que nos hacíamos al principio de estas líneas sigue en pie: el niño emperador, ¿nace o se hace? ¿Es determinante la estructura familiar (luego se hacen) o la carga genética es la que condiciona estos comportamientos (luego nacen)?


Origen del síndrome del emperador

Simplificando podemos afirmar que existen dos teorías principales: los que ponen el énfasis en la constitución genética y los que postulan como elemento decisivo, en la aparición del síndrome del emperador, la educación.

Vicente Garrido, psicólogo criminalista y profesor titular de la Universidad de Valencia, defiende la primera de las teorías: “Son niños -dice- que genéticamente tienen mayor dificultad para percibir las emociones morales”. En definitiva, el síndrome del emperador se caracteriza por la ausencia de conciencia moral. Por eso este tipo de niños mandones y autoritarios puede aparecer en familias bien estructuradas con un comportamiento normal y con unos padres que no son permisivos ni tampoco negligentes.

Por el contrario, Javier Urra, psicólogo de la Fiscalía de Menores del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, en su libro El pequeño dictador, pone el acento en la educación, afirmando que la herencia marca tendencia, pero lo decisivo en los comportamientos humanos es la educación, sobre todo, en los primeros años de vida.


Una tercera vía, en la que me sitúo, aporta un elemento más y considera que el niño es protagonista principal en la elaboración de su propia historia. Es decir, es cierto que en el interjuego de esas fuerzas (familia, escuela, amigos, constitución del individuo, etc.) es donde el sujeto, como canto rodado, va puliendo y configurando su propio estar y ser en el mundo. Pero esto no se hace de forma pasiva, solamente dejándose llevar, sino que cada persona aporta sus propios recursos, posibilidades y límites. Los trastornos comportamentales, pues, no se transmiten genéticamente como el color de los ojos, ni se contagian como el sarampión sino que, dependiendo de todas esas variables (constitución, educación, etc.), cada sujeto elabora las vivencias (afecto, rechazo, agresividad, etc.) de forma sana (salud mental) o de forma enferma (los trastornos comportamentales como el síndrome del emperador).

Fuente: www.cuidatusaludemocional.com




Imagen: Internet

miércoles, 10 de mayo de 2017

FELIZ DÍA DE LA MADRE...

Este 10 de Mayo se celebra en México el día de la madre, fecha muy significativa para las familias en nuestro país, por lo que les vamos a dejar una serie de frases que anteriormente distinguian a las madres de las últimas generaciones; sin embargo consideramos que muchas de estas frases poco a poco están quedando en el desuso, ya que actualmente algunas madres presentan dificultades precisamente para tener una postura firme con sus hijos.

Así que será un fenómeno super interesante observar cuales de estas frases persisten y como nuevas aparecen. 

Les enviamos un fraternal abrazo a todas las madres que nos visitan y esperemos que estas imágenes les provoquen una enorme sonrisa. ¿Con cuál se identifican ustedes madres que nos visitan?

Espero les agrade y los espero en otra entrada más de este espacio, su espacio: "El Rincón de los padres".

Atte.
Psic. Nicolás Sánchez E.







Fuente: Internet

lunes, 1 de mayo de 2017

FELIZ DÍA DEL NIÑO..!!

El pasado 30 de Abril se celebró en México el día del niño, día en el cual se procura festejar a todos los peques en la familia y en la escuela; sin embargo aun cuando este siempre es un día de festejo, yo deseo que hagamos una reflexión en torno al momento actual que vive la niñez mexicana.

Para muchos este día fue de darles a los niños momentos llenos de alegría, todo esto basado en regalos, comida y actividades de recreación; sin embargo considero que el mejor regalo para ellos, debería de ser aquel donde les brindemos un mejor lugar para vivir. 

Sabemos la forma en la que las dinámicas familiares van modelando a los hijos de manera directa e indirecta, y muchos de estos peques presentan problemas precisamente derivados de lo que el entorno familiar les permite vivir y muchos de los problemas actuales se presentan precisamente por la ausencia emocional de los padres.

Considero que esto a veces no es entendido y muchos padres no se percatan de que los pequeños son afectados con cosas como el uso excesivo del celular o la tablet, la televisión por cable, la comida instantánea, la libertad, etc. Situación que se presenta cuando el padres esta ausente y para compensar dicha situación, le brinda todo lo que puede a manos llenas, y esto provoca problemas que también debemos saber manejar.

El punto aquí es que nos preguntemos si de verdad le estamos regalando a los peques un presente adecuado, para que su futuro no se vea amenazado. Me doy cuenta que muchos padres solo hacen lo necesario por sus hijos y en muchas ocasiones esto se limita a la parte económica, dejando de lado la parte emocional y sobre todo la educación, principalmente en cuanto a valores se refiere. 

Lamentablemente el pensamiento que rige la vida de muchos padres es este, el de darles todo sin enseñarles que las cosas implican esfuerzo y no hacer notar esto es algo sumamente peligroso. El enseñar a los niños solo a recibir y no a dar, provocará conflictos, debido a que pensará que la función de sus padres es simplemente darle todo lo que desea, sin que él como hijo deba hacer algo a cambio.

Es en la infancia donde los peques van aprender lo que se debe de hacer en casa, lo que se espera de él, lo que es bueno, lo que es permitido, pero cuando se deja al niño sin ninguna orientación, pues estos crecen con una idea totalmente equivocada de la vida, esperando simplemente que todo mundo satisfaga sus necesidades y cuando salen a la sociedad simplemente no soportan esta frustración y se pueden mostrar agresivos al no entender por que los demás no hacen las cosas como ellos quieren.

Niños que no son tolerantes, niños que no obedecen, niños que hacen demasiados berrinches, niños que son agresivos, etc. Son el resultado de una familia que no pone orden y a la larga es lo más peligroso para el niño o niña. En su peor escenario los padres no asumen su responsabilidad y piensan que si sus hijos tienen problemas de este tipo, es culpa de los demás.

Por dicha razón es importante reflexionar sobre que tipo de vida les estamos regalando a los niños de hoy, para trabajar en favor de una niñez con una personalidad equilibrada que les permita ajustarse a las demandas de la vida y puedan en el futuro, integrar y sumar a una sociedad que ya hoy mismo presenta bastantes deterioros.

Así que espero que este 30 de Abril más allá de regalos y dulces, pensemos también en brindarles cosas como un poco de educación, amor firme, orden y si, muchas alegrías pero basados en un objetivo de vida.

Reciban un fuerte abrazo y espero que esto nos haga reflexionar un poco.

Atentamente:
Psic. Nicolás Sánchez E.