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jueves, 1 de diciembre de 2011

LO TERRIBLE DE LAS COMPARACIONES ENTRE HIJOS...

Les traigo este artículo que nos brinda información sobre lo que todo padre debe de evitar con sus hijos:  "las comparaciones". Esto es algo que muchos padres hacen de forma tan natural que en su afán de estimular a sus hijos, esto termina por lastimarlos y dañar el autoestima.

Espero que les guste y aprendamos algo nuevo...!!!

COMPARACIONES QUE DAÑAN (fuente impre.com)

Siempre que se piensa en un hijo, está presente la idea de que sea brillante en todas las materias y actividades. Por ello, los papás tienden, de forma equivocada, a hacer comparaciones sobre lo que tendría que ser capaz de hacer su hijo, en relación a otros niños que lo rodean.
Conocer y valorar los alcances y las limitaciones de cada uno de los hijos, ayudará a borrar de nuestra mente la familiar táctica de la comparación, así como fomentará que los niños quieran de manera saludable competir consigo mismos y no con los demás.
El maestro Héctor Magaña Vargas, del área de Psicología Educativa de la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza de la Universidad Nacional Autónoma  de México (UNAM), nos explica que los papás tienen que empezar por respetar la individualidad de cada uno de los niños, con sus propias características y rasgos de personalidad. 
El especialista puntualiza: “La comparación, desgraciadamente se hace para infravalorar el desempeño de los niños, y esto genera una autoestima baja en ellos, porque les están transmitiendo la idea de que son inferiores comparativamente hablando con otros niños, ya sean hermanos, amigos o compañeros de clase”.

La comparación, un recurso sin salida
El profesor Héctor Magaña, comenta que los riesgos y consecuencias que se pueden producir en el niño por el empleo constante de la comparación son varios:
Primero, los pequeños pueden tener una actitud ante la vida algo pesimista, pensando que nunca van a poder aspirar a donde otros llegaron. No serán capaces de reconocer sus cualidades, sus logros, su gran esfuerzo y valía, ya que la sombra de la comparación siempre les perseguirá. Llegar a un estado de bienestar, se convertirá en algo inalcanzable, y seguir su propio ritmo será una práctica desprovista de valor para los pequeños. 
Puede suceder también que el niño no desarrolle su propia personalidad, y empiece a extrapolar en la escuela.
En casos extremos, puede producirse un deterioro de la personalidad, debido a la gran presión y exigencia a las que los pequeños están sometidos por sus papás, comparándolos con algún hermano, primo o amigo del salón. 
Un ejemplo muy común, es que si la hermanita sacó diez en un examen, el hermano  hará todo lo posible por obtenerlo también un diez, ya que en casa no paran de contrastar los resultados de uno y otro. 
No necesariamente los dos hermanos tienen que obtener las mismas notas en la escuela ya que su desarrollo individual es diferente y único, al igual que sus capacidades y ritmo de aprendizaje. Incentivar a los hijos a la superación y satisfacción personal, será una medida positiva que los ayudará en su integridad como personas ahora y siempre.

El amor, una fortaleza en tu hijo
Un niño de corta edad necesita conocer y apreciar lo bueno que hay en él, por lo que el apoyo de sus padres es fundamental para descubrir sus aptitudes y talentos.
Si además de impulsar sus gustos, intereses y habilidades, los padres se encargan de reforzar sus áreas de bajo desarrollo, los obstáculos se irán venciendo y la autoestima del pequeño se afianzará progresivamente.
En todo este proceso, el amor incondicional y el gran afecto que reciba el pequeño de su alrededor, serán factores clave en el buen desarrollo de su personalidad.
Aventúrate con tu hijo en descubrir quien va a ser, contribuye a su felicidad, anímalo a creer en sí mismo desde pequeño y sobre todo, sin compararle con los demás.



                                          
                                         

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