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sábado, 17 de diciembre de 2011

INTERESANTES DATOS PARA TERMINAR LA SEMANA...

Para cerrar esta semana les traigo un artículo que trata un tema que actualmente se encuentra en serio debate: "la violencia en los videojuegos". Esto es una cuestión de la que se tienen ciertos resultados, pero que aún asi, ustedes como padres de familia tendrán la última palabra.

¿Es peligrosa la violencia en los videojuegos?

Los videojuegos tal como los conocemos solo tienen unos veinte años de antigüedad, por lo que no estamos ni siquiera cerca de la cantidad de evidencias necesarias para decir que sus efectos pueden provocar más violencia que otros elementos que hay en nuestro entorno, como por ejemplo la televisión. Ni siquiera sabemos a ciencia cierta se realmente causan violencia en general. Se ha acusado a los videojuegos de ciertas cosas que han ocurrido en los últimos años, donde algunas personas han cometido actos terribles – por ejemplo la matanza de Columbine – donde luego se ha descubierto que los causantes de dicho actos eran asiduos consumidores de videojuegos de los llamados “violentos”. ¿Qué es lo que la ciencia tiene que decir sobre la violencia en videojuegos? ¿Hay alguna evidencia que muestra una causa efecto de la relación entre disparar a alguien en un juego virtual y hacerlo en la vida real? Lo cierto es que hay ciertos estudios que dan lugar a la controversia, y las opiniones van en ambas direcciones sobre este asunto.

Uno de los primero casos donde se relaciona el posible efecto de un videojuego violento con el comportamiento de una persona, ocurrió hace unos pocos años, cuando un joven americano llamado Devin Moore fue arrestado como sospechoso de robar un coche. La policía lo llevo a la comisaría y comenzaron a cogerle los datos sin ningún problema. Unos minutos más tarde el joven atacó a uno de los oficiales de policía, le arrebató la pistola, disparó a dos policías y salió corriendo hacía la puerta de salida de la comisaría. Por el camino disparó a otra persona, robó unas llaves de un coche patrulla y huyó con el del lugar. Este joven no tenía antecedentes de ningún tipo. Se descubrió que el joven había estado jugando mucho a un videojuego sobre robo de coches antes del suceso (en el juego se roban coches y se dispara a la gente), lo que llevó a una demanda a la compañía que había publicado el juego.

Sin embargo, el argumento es bastante antiguo. Lo hemos estado escuchando durante décadas haciendo referencia a la televisión y su contenido. Varios estudios científicos ya llegaron a la conclusión de que la violencia en la televisión no afecta al comportamiento de los más pequeños, aunque esto no significa que muchos de las cosas que ven en la televisión las puedan imitar en la realidad. Lo que se dice mucho es que los videojuegos tienen más posibilidades de afectar al comportamiento de las personas que la televisión por el hecho de que es más interactivo. Las personas no solo ven videojuegos, sino que los manejan y siguen la trama de una forma personal. Los juegos son también repetitivos y se basan en un sistema de recompensas por etapas. La repetición y los premios son los componentes primarios de una condición clásica, un concepto psicológico donde el comportamiento de aprendizaje tiene lugar como resultado de una recompensa (o castigo) en un particular comportamiento. Por otro lado, según los cerebros de los niños y adolescentes están en desarrollo, en teoría son más “susceptibles” a este tipo de “entrenamiento”.

Hay algunas evidencias a este efecto, incluyendo un estudio reportado por la revista “Ciencia psicológica” a principios de la década pasada. Este estudio se hizo analizando a un grupo de personas y centrándose en la violencia en videojuegos. Se llegaron a unas cuantas conclusiones: Los niños que jugaban con videojuegos violentos experimentaron un aumento de señales fisiológicas de agresión. Según los autores detrás de este análisis, cuando la gente joven juega a este tipo de juegos, su presión arterial y latidos del corazón  aumentan, y ciertas hormonas, como la adrenalina, fluyen en grandes cantidades al cerebro. Lo mismo ocurre cuando una persona está en una pelea de verdad. Un estudio incluso mostró las grandes diferencias entre un juego violento con todas las funciones activadas, y otra versión con la visión de la sangre desactivada.

Uno de los estudios más recientes realizados en la universidad de medicina de Indiana, fue directamente al origen. Los investigadores escanearon el cerebro de más de cuarenta adolescentes justamente después de haber utilizado videojuegos. La mitad jugó a un videojuego que no era violento, y la otra mitad lo hizo con un juego de guerra en primera persona donde la violencia era palpable. Los resultados del escáner del grupo del juego violento mostraron un aumento de la intensidad en la amígdala cerebral, la cual estimula las emociones, y disminuye la actividad en el lóbulo frontal, el cual regula el autocontrol, la concentración y la inhibición. Estos cambios no se mostraron en los escáneres del grupo del juego no violento.

En ciencia, la correlación no implica causa. Una relación entre la agresión virtual y una agresión en la vida real no significa necesariamente una causa efecto. Puede ocurrir que la gente violenta en la vida real le guste serlo también virtualmente y por eso usan juegos violentos. Hasta la fecha, todas las demandas contra compañías que distribuyen videojuegos violentos, no han llegado a perjudicar a dichas compañías. No dejan de ser más que juegos y es la propia persona la que debe controlar su conducta y ser responsable en lo que hace durante su vida. Sin embargo, esto no ha impedido que ciertos centros correccionales hayan prohibido los videojuegos violentos para no alterar el comportamiento de los internos.

                                                  

fuente: ordenadores-y-portatiles.com

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