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viernes, 6 de julio de 2012

DEPRESION EN LOS NIÑOS...

La depresión se dice que es un mal que afecta a las personas adultas, sin embargo actualmente esto esta a discusión, ya que se presentan casos donde adolescentes e incluso niños padecen de este trastorno.

Una pregunta que muchos padres se hacen es precisamente esta: ¿Cómo darse cuenta cuando los niños tienen depresión? Pues aquí les traigo un fragmento de un artículo muy interesante para que podamos darnos cuenta de esto.

Obviamente existen muchas causas para que un niño les pueda dar depresión, sobre todo por que algunas causas naturales de nuestra vida nos pueden llegar a poner tristes y debemos tener muy clara esta situación, a fin de identificar correctamente una depresión y no alarmarnos por cualquier situación.

Ojalá les sirva toda esta información y como siempre les digo:

"Léan, refelxionen y compártan..."



COMO DETECTAR LA DEPRESION INFANTIL

Dra. Ma. Paz García Vega                                                                                           Universidad Complutense de Madrid, España

Con frecuencia los niños se sienten cansados, tristes, irritables, culpables o cansados. Sin embargo, es preciso diferenciar la tristeza normal de un niño del estado de ánimo triste como síntoma de depresión, así como diferenciar un estado normal de falta de motivación del síntoma de desinterés persistente en la depresión; o diferenciar las pocas ganas de comer de la pérdida de apetito como síntoma depresivo. Para diferenciar lo que podría considerarse "normal" de aquello que consideraríamos "síntoma" de depresión hay que valorar la frecuencia, intensidad y duración de estos comportamientos. Así, por ejemplo, la tristeza "normal" se convierte en síntoma de depresión cuando dicha tristeza es ta intensa que le hace llorar, y cuando esa tristeza aparece con mucha frecuencia y durante mucho tiempo, por ejemplo, casi cada día durante al menos dos semanas.

Otro elemento clave para detectar la presencia de síntomas depresivos y distinguirlos de comportamientos más o menos "normales" y pasajeros, es el grado de interferencia que producen los supuestos síntomas en la vida diaria del niño. En la medida en que la tristeza, la irritabilidad, el desinterés, los sentimientos de inutilidad o el insomnio, por ejemplo, interfieran con la actividad escolar o social del niño, es probable que nos encontremos ante un problema depresivo.

Un tercer aspecto clave para la detección de la depresión infantil es la conveniencia de valorar los síntomas en relación a los niveles previos y al funcionamiento habitual del niño. Así, por ejemplo, no mostrar interés por jugar al escondite con los compañeros de clase, no puede ser considerado como un síntoma cuando anteriormente el niño tampoco mostraba interés por esta actividad.

También es importante recordar (1) que los síntomas clave de la depresión son la pérdida de interés en cosas que anteriormente el niño encontraba placenteras y la tristeza; (2) que la tristeza puede a veces no ser evidente y, en su lugar, aparecer sentimientos de irritabilidad o enfado en forma de explosiones de genio ante sucesos triviales, insultos, peleas, y el derrumbarse por nimiedades; y (3) que los síntomas y su expresión varían con la edad. En este sentido, la siguiente tabla muestra las principales características de la depresión infantil según los grupos de edad (Méndez, 1998):


MENORES DE 6 AÑOS
6 -12 AÑOS
13-18 AÑOS
Irritabilidad y tristeza
Tristeza
Tristeza, variabilidad, irritabilidad (malhumor, ira y rebeldía)
Menos juego con amigos
Aburrimiento
Pasotismo
Problemas con las comidas, pérdida de apetito, no ganancia de peso, pérdida de peso, engullir

Pérdida de apetito, ganancia lenta de peso, pérdida de peso, comer en exceso, obesidad
Pesadillas, terrores nocturnos, resistencia a irse a la cama, insomnio intermedio

Insomnio, hipersomnia
Menos actividad física
Hipomotilidad, agitación



Cansancio, fatiga , falta de energía
"Tonto", preocupación por el castigo, preocupación por el fracaso
Baja autoestima, autodesprecio, autoagresividad, autocrítica, sentimientos de culpa
Preocupación imagen corporal, baja autoestima, autodesprecio

Problemas atencionales
Menos pensamiento abstracto, indecisión
Autoagresiones en la cabeza, arañazos, tragarse objetos, mayor riesgo de lesiones
Ideas, planes e intentos de suicidio
Ideas, planes e intentos de suicidio y suicidios violentos

Finalmente, es siempre recomendable cotejar nuestras sospechas con diversas fuentes de información: el propio niño, los padres, los maestros, los amigos y compañeros del colegio. Hay que advertir, sin embargo, que es frecuente la falta de concordancia entre las mismas. En general, los padres informan mejor sobre los problemas somáticos como, por ejemplo, las alteraciones en el sueño y la comida; los maestros sobre problemas de conducta, y los propios niños sobre los síntomas más encubiertos (p. ej., los sentimientos de tristeza, irritabilidad, inutilidad, culpa, las ideas de suicido, etc.), aunque estos últimos, si son menores de 6 años, pueden tener problemas para informar de forma fiable sobre sus estados de ánimo y para distinguir entre distintas emociones.


FUENTE: (fieavila.com)

                               

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