Viajando hace algunos días, me dí a la tarea de realizar un ejercicio que según yo, me ayudaría a distraerme. Tratando de matar el tiempo en un viaje en autobus de aproximadamente dos horas, me puse los audífonos del teléfono celular, busqué la función de "Radio", y me dispuse a buscar y a escuchar diversas estaciones, con el objetivo de conocer lo más relevante del final del día.
Creo que todo estaba perfecto hasta que de pronto, poniéndo atención en los locutores, por pura casualidad del destino, estaban hablando de un tema recurrentemente sin tener ningúno de ellos algo en común, es decir, como si se hubiesen puesto de acuerdo todos estaban hablando casi al mismo instante del mismo tema. Se preguntarán ¿De qué hablaban? Pues nada mas, ni nada menos que de esa antigua tradición de la "Sobremesa".
Después de escuchar quizá unas 5 o 6 estaciones que fueron al azar, y reflexionar sobre esta situación, me dispuse a pensar sobre el el título de esta entrada y su contenido, sobre todo por que me pareció super interesante hablar de esta situación actual, y como su abandono ha impactado de alguna forma las relaciones familiares, ¿No lo creen así?
Pero vayamos al principio, ¿Qué es la sobremesa?, pues no es otra cosa que quedarse sentados despues de comer, y en familia platicarse los pormenores del día.
Esta tradición realmente lograba muchas cosas, principalmente la comunicación, y después se derivaba la confianza, la cooperación, la hermandad, el amor, la empatía y en muchos casos la identificación plena hacia los valores familiares. ¿Pero qué ha pasado con esta tradición?
Creo que las exigencias de la vida diaria nos dificultan que esta situación se logre en la actualidad. Los padres ya no tienen un trabajo que les permita tener tiempo adecuado para comer tranquilamente y tomarse esa media hora o más, que era lo que duraba esa famosa sobremesa.
De la misma forma las rutinas individuales, hacen que cada quién este preocupado por sus actividades personales, provocando que los integrantes de las familias ni siquiera tengan un horario en común para comer. Por otra parte las distancias hacen que mejor se busquen lugares para medio comer, y quizá por las prisas, aquellos donde ni siquiera exista la necesidad de sentarse en una mesa.
Otro punto interesante es que anteriormente la madre, quien era la que se quedaba en casa, preparaba todo el alimento y por supuesto la propia mesa para que los demás llegaran, se sentaran y disfrutaran de una deliciosa comida, y pues esto es algo que también ha cambiado. Ahora la madre debe salir a trabajar, y esta tradición pues se ha visto afectada, ya que ahora no existe nadie que se ocupe de los preparativos previos a la comida y pues sin estos, practicamente no existe posibilidad alguna de sobremesa, quizá en muchas ocasiones la familia se puede sentir afortunada de que al menos exista algo que comer en casa.
En lo personal recuerdo mucho esas sobre mesas en casa de mi abuelo materno, y era gratificante estar rodeado de la mayoría de mis tíos, pero sobre todo escucharlos platicar de lo que les pasaba, ya que era muy interesante, pero como muchas cosas, esos tiempos quedaron atrás.
Pues el objetivo de esta entrada, es volver a retomar cuando se pueda esta costumbre, al menos en fín de semana, ya que me ha tocado observar familias donde cada quién come cuando tiene tiempo, haciendo que no compartan nada durante el día, y en su defecto los que llegan a comer juntos, se acompañan de la televisión, cosa que resulta lo mismo a estar solos.
¿Ustedes qué opinan?
Reciban un saludo Padres de familia y me gustaría que me platicaran si recuerdan esta costumbre, o mejor aún, comentenme si la practican actualmente.
Como siempre les digo, reflexionen y comenten...
Atte. Psic. Nicolás Sánchez
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