Así que les dejo con esta interesante lectura y como siempre espero que la compartan.
UNA INFANCIA SIN NORMAS LLEVA A LA DROGA
Pino Alberola. (26-11-2011)
Algo falla cuando, después de años de campañas de concienciación, acabamos de conocer que en España los chavales prueban por vez primera el alcohol a los 13 años. Esta es una de las conclusiones a las que llegaron los expertos que ayer participaron en la Jornada sobre Prevención de Drogodependencias. Un problema, el de las drogas, cuyo origen hay que buscarlo muchas veces dentro de casa.
Para Lluis Sáez, sociólogo y profesor en Esade, “la familia hoy en día está en una situación de serio riesgo debido a la falta de normas y a la ausencia de valores”. Un contexto “que desemboca en problemas como el de la violencia intrafamiliar o el auge del consumo de droga a edades tempranas”.
Sáez sostiene que el papel de la familia “ha cambiado diametralmente en los últimos años”. Antes “los valores se adquirían en casa, con el apoyo de la escuela y de la parroquia”. Actualmente, “la iglesia ya no tiene influencia y la escuela se ha devaluado, por lo que las familias están desorientadas, no saben qué normas aplicar y delegan en el colegio una responsabilidad que es de ellas”. Los hijos son los que se lleva la peor parte de esta situación, “como lo demuestra la aparición de nuevos trastornos como el síndrome de Peter Pan, referido a los chavales que no quieren madurar o el síndrome del emperador, acuñado para aquellos niños sobreprotegidos que nunca han oído un no por respuesta y que se convierten en auténticos tiranos, llegando a protagonizar casos de agresión a los padres”.
Por su parte, Miguel Ángel Rodríguez, subdirector de Estudios y Programas de la Fundación de Ayuda a la Drogadicción, FAD, habló en la jornada de ayer sobre la percepción que los jóvenes tienen de su tiempo de ocio. Y es que, para este experto, “los chavales son plenamente conscientes de los riesgos que corren cuando desarrollan una conducta de riesgo, pero les compensa el beneficio de esta acción”. Una visión que rompe con la teoría, tantas veces repetida, de que los adolescentes no tienen percepción del riesgo. “Ellos saben perfectamente el daño que les puede causar el consumo de alcohol o de cocaína, pero les preocupa más el sentirse integrados dentro del grupo y no quedarse excluidos”.
Además, “siempre piensan que lo malo les sucede a los demás y que a ellos no les va a pasar nada porque controlan”. Para Rodríguez, la intervención con estos chavales debe centrarse en transmitirles que los beneficios que perciben como extraordinarios en el consumo de alcohol luego no son así. Por ejemplo, “les hacemos ver que la noche del sábado no ha sido para tanto o que si dicen que no al consumo de drogas realmente no ocurre nada, no se convierten en un bicho raro”.
El responsable de FAD apuesta “por educar a los chavales en que se preocupen más por lo colectivo”. Y es que “un adolescente implicado en labores de voluntariado o en actividades deportivas consumirá menos que aquel que de lunes a viernes sólo espera, aburrido, a que llegue el fin de semana”.
Fuente: thefamilywatch.org
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