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sábado, 10 de marzo de 2012

LA EDAD SI IMPORTA...

Seguramente escuchamos en más de una ocación que hay una edad límite para ser padres. Quizá esta situación hace más énfasis en cuanto al aspecto físico y muestra mayor interés por las mujeres, pero hoy, en este artículo, veo que se pone el dedo en la llaga al cuestionar también la edad de los hombres sobre todo en el aspecto de educar.

Espero que les guste este interesante artículo y lo reflexionen....


LA EDAD DE LOS PADRES

En la década de los ochenta la edad media para tener un hijo eran 28 años, actualmente se retrasa a los 31 años y cada vez son más las parejas que deciden tener familia pasados los cuarenta.

El retraso de la maternidad y paternidad es un hecho. En 2011 la edad media de las mujeres que tienen su primer hijo asciende a 31,06 años, un año más tarde que en 2010, y la media de hijos por cada pareja ha caído dos centésimas respecto a periodos anteriores, hasta situarse en 1,41 por mujer, según la estimación de población del Instituto NAcional de Estadística (INE).

Los motivos de este hecho son muy variados, pero destacan la incorporación de la mujer al trabajo y las dificultades para conciliar vida laboral y familia. Así muchas parejas priorizan consolidarse profesional y personalmente antes de tener hijos o prefieren vivir la juventud intensamente y sin responsabilidades antes de estabilizarse y asumir el compromiso de comenzar la crianza.

En este sentido, seis de cada diez mujeres españolas creen que tener un hijo supone un obstáculo para su desarrollo profesional y, en consecuencia, deciden dejar la experiencia de ser madre para después de los 35 años, según los datos de la Encuesta sobre fecundidad, familia y valores, publicada por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).

El retraso de la maternidad y paternidad no encuentra hoy la barrera del reloj biológico, al que la ciencia ha sido capaz de dar cuerda por más tiempo. Así, hoy en día son innumerables las técnicas que han permitido a la mujer ser madre más allá de lo que la naturaleza ha previsto. Es el caso de la mujer que en 2006 se hizo famosa por convertirse madre a los 67 años tras someterse a un tratamiento de fertilidad.

También hay que tener en cuenta que la juventud se ha prolongado y no sólo como un concepto cultural, también como un hecho fisiológico, debido a los mejores cuidados y una mejor alimentación, que hacen que el cuerpo y la mente se encuentre en mejor estado.

Pero al margen de la situación personal, familiar o laboral, son pocas las parejas que a la hora de plantearse si adelantar o postergar la decisión de ser padres, valoraran como afecta esta elección a la educación que darán a sus hijos.

En este sentido, es importante que además de plantearse a que edad quieren tener en casa un bebé, también se planteen que edad tendrán cuando su hijo tenga 10, 15 o 17 años y se enfrente a problema propios de la edad.

Y es que si bien la imagen de tener un bebé con cuarenta años despierta ternura a pesar de ser consciente del cansancio y esfuerzo que supone cuidarlo, pocos piensan como será la educación cuando el niño vaya creciendo e inicie la adolescencia a la misma vez que sus padres entran en la madurez.

A la pegunta de si hay una edad ideal para ser padres, la respuesta que dan la mayoría de expertos es que más que la edad, lo que si que existe es un momento ideal para los padres. Este momento depende de la estabilidad como pareja, economía, trabajo… lo que no todos tienen en cuenta es que ser un padre joven o maduro condiciona, sin darnos cuenta, la forma de criar y educar


PADRES JOVENES


Los padres jóvenes tienen más energía y condiciones físicas para cuidar a un niño. Por lo general, están más implicados en la educación, dan prioridad a la afectividad y la ternura, pero suelen tener menos tiempo debido a su trabajo.

Una madre o padre joven deben compatibilizar la crianza en un momento en el que sus carreras laborales están despegando por lo que les requiere mucho esfuerzo y tiempo. A la hora de compaginar vida laboral y familiar, los hijos no son siempre los beneficiados.

Ahí está el caso de los llamados "hijos llave", una generación de niños que llevan el llavero de sus casas a modo de collar, porque cuando llegan del colegio están solos, debido a que sus padres trabajan hasta muy tarde.

Los padres suelen sentir frustración porque saben que no dedican a sus hijos todo el tiempo que les gustaría y suelen compensarlo dándoles más caprichos y consintiéndoles el tiempo en que están con ellos.

Asimismo, los padres que han tenido hijos muy jóvenes suelen tender a querer mantener el rol de amigos antes que el de padres. Dan mucha importancia a la confianza y la complicidad, pero privan a los hijos de la figura de padre o madre que tanto necesitan para guiarles en cada etapa de su vida.


PADRES MAYORES
 



Cuando los hijos se tienen a partir de los 35 años, los padres suelen tener una vida laboral más asentada y una mayor estabilidad económica.

La gran ventaja de tener hijos en esa etapa es la experiencia de vida que se transmite a los hijos. Se trata de personas más maduras, y, en general psicológicamente más estables.

Pero, también es cierto que a los cuarenta se tienen menos energías para cuidar a los hijos, para mantener la tensión de las “peleas” familiares y aparece más fácilmente el agotamiento, así los niños acaban consiguiendo lo que quieren

Asimismo, la brecha generacional es más amplia. Lo que aumenta los conflictos entre padres e hijos

Estas situaciones se acentúan cuando los hijos entran en la adolescencia, una etapa ya de por si estresante para cualquier padre, tenga la edad que tenga. En este sentido, no hay que olvidar que para cuando el hijo entra en esta terrible etapa la madre suele estar iniciando también otro cambio, en este caso de la menopausia. Si es el caso de una niña, se crea una situación que pueden hacer desestabilizar la paz del hogar.

En este sentido, según se desprende de un informe de la Asociación Española para el estudio de la Menopausia, las madres que les llevan a sus hijos más de cuarenta años tienen mayores dificultades para manejarse cuando éstos son adolescentes.


En cuanto a la educación

Algunos sociólogos destacan que los padres jóvenes educan a los niños pensando en la competencia y exigencias del mundo laboral en el que ellos están inmersos. Para ello, inciden en valores como la tolerancia y la tenacidad

Por su parte, los padres de más edad que se encuentran en otro momento de su vida, inciden en la importancia de disfrutar de la vida.

   
FUENTE: padresonones.es

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